10 de Septiembre: Día mundial para la prevención del suicidio

El suicidio lo podemos definir como un acto con un resultado letal. Iniciado y realizado por el sujeto, sabiendo y esperando su resultado letal y a través del cual pretende los cambios deseados. El suicidio se ha convertido en un grave problema de salud pública en la actualidad, con una incidencia de alrededor de un millón de muertes anuales en todo el mundo. El suicidio además tiene una gran incidencia en las personas del entorno del suicida tanto a nivel emocional como social y económico.
Los pacientes que muestran tentativa suicida o actos suicidas son pacientes que normalmente llevan sufriendo un problema mental desde hace tiempo, ha sufrido una pérdida importante o un problema de mucha gravedad para él. Nunca se deben ignorar a las personas que muestran verbalizaciones, intentos o actos suicidas. Se deben escuchar y acompañar a un profesional para que valore su problema y pueda realizar una intervención adecuada a cada persona. No se debe pensar que por no hablar del suicidio nunca lo cometerá. La persona que decide suicidarse tiene un sufrimiento emocional tan fuerte que no le importa el dolor físico que se pueda infringir, sólo quiere aliviar su pena; y muchas veces escuchando el problema que sufre esta persona y mostrando algo de ayuda es suficiente. No se debe pensar que son cobardes o valientes por realizar este acto, sino que son personas que sufren un gran dolor emocional. Por esto es muy importante la prevención de estos actos. La prevención son estrategias que pueden minimizar la probabilidad de algún riesgo o reducir el impacto negativo de ciertas condiciones o conductas. .
Es importante que la propia persona o las personas de alrededor estén pendientes de las alertas que ahora se describen. Estas alertas pueden derivar en actos suicidas, esto no quiere decir que todo el mundo que sienta alguna de ellas, pueda realizar algún acto suicida pero sí que sería recomendable que visitará a un profesional de la salud mental.
- Si sientes que la vida no merece la pena, que nadie puede ayudarte, que nada va a cambiar y que la única manera de acabar con el sufrimiento y con los problemas es el suicidio.
- Si te sientes sin fuerzas para nada, con cambios bruscos de humor, falta de interés por la vida, trastornos del sueño y tienes deseos de morir.
- Si te estás consumiendo drogas y alcohol.
- Si estás elaborando un plan de dónde, cuándo y cómo suicidarte y no puedes apartar la idea de tu muerte.
Si se percibe alguna de las siguientes alertas se debe acudir a un profesional para que pueda aconsejarle de que medidas puede tomar y como debe ser la intervención de este paciente.