La somatización, ¿por qué me dicen que es psicológico si yo noto molestias físicas?

La somatización es un conjunto de síntomas físicos que producen malestar pero que son muy difíciles de explicar médicamente a pesar de hacer muchas pruebas o revisiones. La somatización provoca malestar y dolor pero no se puede justificar con ningún problema médico. Después de muchos estudios del porqué de esto, una de las conclusiones a las que se ha llegado es que el diagnóstico y tratamiento tiene que ir dirigidos al sistema nervioso central para ver qué tipo de información sensorial está transmitiendo y porque provoca estos dolores. Aquí es donde tenemos que entender que el cuerpo y la mente están muy conectados y esa conexión llega por los estímulos externos, interpretaciones y funcionamiento del sistema nervioso central.
Las mujeres por probabilidad somos más propensas a padecer algún tipo de somatización. Y la población que vive entre estresores altos es la que más probabilidad tiene de padecerla. Son personas en riesgo de exclusión social o con menos recursos. Aquí es donde tenemos otra prueba de que la somatización no es por algo físico sino también es provocada por el ambiente.
Las somatizaciones más comunes aparecen cuando los pacientes empiezan a padecer problemas sexuales como sentir dolor en la penetración, disfunción eréctil; también hay mucha gente que padece dolores de cabeza y dolor en las articulaciones. Pero hay muchísimos síntomas más que derivan de una somatización: afonías, dolores de estómago, reflujo, problemas de vista o dolores en determinadas zonas del cuerpo…
La solución para este tipo de problemas pasa por realizar primero, un estudio médico para descartar posibles problemas médicos. Una vez el especialista correspondiente haya diagnosticado una somatización, para una buena recuperación tendríamos que empezar una terapia cognitivo-conductual para controlar pensamientos y síntomas, aprender relajación, buscar reforzadores positivos y aceptar algunas situaciones que no dependen de nosotros o no se pueden modificar. Y al mismo tiempo seguiremos con las revisiones y con las pautas que nos indique el profesional médico que lleve el caso.
Por lo tanto, la somatización existe. Nadie niega que el dolor o malestar del paciente no sea real pero el profesional no puede dar una respuesta clara del porqué de este. Y por lo tanto, la mejor solución es trabajar el cuerpo y la mente conjuntamente porque siempre van de la mano.