Las rabietas infantiles

Las rabietas infantiles se deben a la inmadurez emocional de los niños. Son estados de impaciencia y enfado que no saben manejar bien. Las rabietas se suelen desencadenar normalmente por motivos sin importancia y duran poco. La edad donde suelen empezar o donde más se producen son entre los 18 meses y los 3 años, pero pueden durar incluso hasta los 5 o 6 años. Las rabietas se pueden producir por diferentes factores:
• No toleran bien el control.
• Empiezan a ser seres independientes.
• Muchas veces se debaten entre la dependencia y la independencia.
• Luchan por el control con los padres.
• Quieren más atención.
• Celos.
• Frustración interna.
• Querer algo que no tienen.
La pregunta de muchos padres en consulta es que tengo que hacer cuando mi hijo o hija este en plena rabieta, primero hablaremos de que no se debe hacer:
• No se tiene que ceder ante sus exigencias: no hay que darle lo que pide o lo que le hemos quitado.
• Pegar o gritar: aunque tu frustración también aumente por la rabieta en sí, reñirles, gritarles o pegarles no les servirá para nada. Ellos tampoco entienden porque montan tal rabieta y porque se comportan así pero aún no entienden muchas de sus emociones. Nuestra labor es tener mucha paciencia en estos momentos y enseñarles a manejar sus emociones negativas.
• Alterarte o enfadarte: enfadarte, ponerte a su altura o incluso reírte, sólo hará que empeore la situación. Hay que mantenerse a su lado pero sin ceder y no haciendo caso a sus exigencias.
Lo que hay que hacer es tener mucha paciencia y mandarle un mensaje claro de que le vas a ayudar pero cuando se calme. Para esto es muy importante controlar la comunicación verbal y la no verbal. Hay que ignorar sus exigencias, gritos y lloros porque no le pasa nada malo, simplemente quiere algo que en ese momento se le niega. Hay que hablarles siempre en el mismo tono, un tono firme y repitiendo la misma frase. Una vez la rabieta se pasa, hay que reforzarlos positivamente, distraerlos, llegar a acuerdos con ellos o hacer que realizan la conducta que se negaban a hacer. Con los niños cada vez nos funcionará una de las técnicas, según el desencadenante de la rabieta os irá bien una técnica u otra.