¿Qué es la astenia primaveral?

Con la astenia primaveral hay una gran discusión por clasificarlo como cuadro patológico o no, pero lo verdadero del mito es que muchas personas cuando llega el cambio del tiempo y la primavera padecen unos síntomas comunes. Estos síntomas pueden ser algunos de ellos:
• Dificultad para conciliar el sueño.
• Cansancio y sensación de somnolencia durante todo el día.
• Falta de energía.
• Irritabilidad.
• Ansiedad o sensación de alerta.
• Pérdida del apetito, disminución del deseo sexual.
• Somatizaciones: dolores de cabeza, musculares, estomacales…
• Problemas de atención y concentración
Todos estos síntomas no se despiertan por algo en especial sino por una combinación de factores ambientales que hacen que desarrolles todo este malestar. Estos factores pueden ser:
• El cambio de tiempo, subida de las temperaturas.
• Aumento de las horas de luz.
• Cambios de horarios.
• Modificación de rutinas y consecuentes readaptación de hábitos, comidas, horas de sueño, etc.
Con esto se originan unos cambios biológicos, ya que los ritmos circadianos se alteran de nuevo y deben volver a coger un ritmo nuevo. La astenia primaveral se podría considerar dentro de los trastornos adaptativos si a alguna persona esta sintomatología se le agravara y se le alargará en el tiempo pero normalmente, la astenia primaveral, desaparece sola en unas semanas por si sola. Para anticiparse a esta sintomatología tan incómoda lo que podemos hacer es anticiparnos y aquí os dejo unos buenos consejos para que si sois de padecer esta sintomatología, este año sea más llevadera.
• Anticiparse al cambio de horario unos días antes e ir modificando los horarios poco a poco para que no sea tan brusco el cambio.
• Mantener una buena alimentación, variada y adaptada a las necesidades de cada persona.
• Practicar regularmente ejercicio o las rutinas y hábitos que tengáis costumbre, adaptando horarios y modificando algunos si se os hace incompatibles mantenerlos.
• Manteneros activos os ayudará a poder descansar mejor, si tienes problemas para conciliar el sueño, práctica relajación y respiración diafragmática. Manteniendo las rutinas de sueño o adaptarlas a los nuevos horarios pero manteniendo las horas de sueño que realmente necesitéis.
• Si pasadas 3-4 semanas la sintomatología no remite, pedir ayuda a algún profesional.