¿Qué no hay que decirle a una persona que padece depresión?

La depresión es un trastorno psicológico que afecta de manera muy grave al estado de ánimo y que provoca una gran tristeza; un decaimiento, en todos los sentidos, importante; alteraciones del sueño, alimentación, respuesta sexual, etc. La depresión hoy se estima que afecta a 300 millones de personas en todo el mundo. Una depresión puede acabar en suicidio y el suicidio es la primera causa por muerte no natural en España. Con estos datos podemos decir que hay mucha gente que padece depresión. La depresión te puede sobrevenir por muchos factores y a veces parece que lo tienes todo pero, igualmente, padeces depresión. Muchas personas cuando un familiar o amigo padece este trastorno les mandan mensajes con buena intención pero que ellos no interpretan de esa manera. Mensajes como:
• “Tú lo que tienes que hacer es dejar de llorar y salir a la calle”.
• “No entiendo porque no estas contento/a, si lo tienes todo”.
• “Tienes que poner de tu parte para estar bien”.
• “Le das demasiadas vueltas a todo, no pienses tanto”.
• “No digas tonterías”.
• “Eso no es nada para que estés así, a mí me paso… y no he tenido ninguna depresión”.
Frases como estas son muy lapidarias para personas con depresión, ya que ellos no padecen los síntomas que padecen porque quieren sino todo lo contrario, les encantaría estar bien y poder hacer las cosas sin esa tristeza o sin esos pensamientos. Lo que si puede ayudar a personas que estén pasando por una depresión es:
• Se tiene que intentar empatizar con ellos, escucharlos e intentar entender porque están así. Si ellos no saben qué les pasa y vosotros tampoco, animarlos y ayudarlos a buscar ayuda profesional. Si en este momento no sabéis que decir, NO DIGAIS NADA, simplemente acompaña y mostrar una escucha activa y una actitud de ayuda en lo que la persona necesite o tu puedes darle.
• Si la persona con depresión decide pedir ayuda, muéstrale tu apoyo en el proceso que inicia, ya que puede tener momentos de volver a recaer y le sea bueno tener un apoyo externo a la consulta del profesional.
• No decirle que cosas tiene que hacer y no obligarles a hacer nada que no quiera. Si animar y proponerle planes que sean agradables o divertidos para la persona e intentar que los haga contigo, porque será mucho más difícil que los haga solo. Por ejemplo: le puedes pedir que te acompañe al supermercado y no decirle que vaya esa persona sola.
• No enfadarse con la persona que padece el trastorno y tener mucha paciencia.
• Estar atento a posibles recaídas, pensamientos o conductas suicidas. Si ves alguna de estas situaciones llama, enseguida, al profesional que lleva su tratamiento o acude a un centro especializado.