Marta Rebollar

La ansiedad es una reacción fisiológica del organismo en el que participan varios mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. Cuando esta respuesta natural se da muchas veces en un período no muy prolongado se produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo humano y provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano.

La ansiedad suele ser el desencadenante en las personas que se sienten estresadas. Es un problema psicosomático, que comienza afectando a la mente pero acaba afectando muchos órganos del cuerpo, produciendo taquicardia, dolor de estómago, colon irritable, problemas de sueño, alimentación, etc.

Se habla de 3 etapas en la respuesta a la ansiedad:

  • Alarma: el cuerpo reconoce el estrés y se prepara para la acción, ya sea para agredir o para huir de un peligro. Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, dilatan las pupilas y hacen más lenta la digestión.
  • Resistencia: el cuerpo repara cualquier daño causado por la reacción de alarma pero si la ansiedad continúa, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños.
  • Agotamiento: si continúa la resistencia, el cuerpo entra en la fase de agotamiento, aquí se pueden producir las alteraciones por el estrés continuado.

Estas alteraciones pueden ser:

  • A nivel físico: agotamiento de las reservas de energía del cuerpo, jaquecas, dolor de cara y espalda, asma, úlceras pépticas, hipertensión, estrés premenstrual, trastornos de la piel (picores, cosquilleo, sarpullido y granos), presión arterial alta, crujir los dientes, problemas digestivos, catarros, cambios de peso, dolores de cabeza, estomago oprimido y abuso de alcohol y sustancias.
  • A nivel emocional y mental: dificultades para conciliar y mantener el sueño, dificultades de concentración, pensamientos de tipo obsesivo, ideas repetidas, irritabilidad, olvidos, temores irracionales, cambio de temperamento, hiperactividad, soledad, pesadillas, ideas de culpa y preocupación excesiva.

Cuando se presenta la ansiedad o alguno de los síntomas arriba expuesto hay que identificar cuando y como se presentan los síntomas y con ayuda de un profesional buscar la solución adecuada para cada persona. Muchas veces queremos hacerlo por nosotros mismos pero debemos saber identificar bien la ansiedad y el porqué de esta y esto es mucho más fácil hacerlo con ayuda de un profesional en salud mental.

Hay personas que con tomarse un descanso en el trabajo, unas mini vacaciones o cambiar de dieta y empezar una más saludables y practicar un poco de ejercicio de manera regular vuelven a su estado normal de ansiedad pero hay otras que necesitan ser asesoradas por diferentes especialistas.

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