La vuelta al trabajo y a la rutina diaria después de las vacaciones nos hace escuchar que alguien padece o sentir que nosotros mismos padecemos el síndrome postvacacional. Se puede definir como el estado que se produce en el trabajador al fracasar el proceso de adaptación entre un periodo de vacaciones y de ocio con la vuelta a la vida activa, produciendo molestias que nos hacen responder a nuestras actividades rutinarias con un menor rendimiento.
Este síndrome hace referencia a un estado de malestar genérico, con síntomas tanto psicológicos como físicos, afectando principalmente a personas jóvenes, menores de 45 años. También estos síntomas pueden aparecer en niños ocasionados por la vuelta al colegio, después de las largas vacaciones de verano, aunque en ellos es menos frecuente sobre todo si el niño se encuentra a gusto en el colegio.
El síndrome postvacacional, puede presentarse de diversas formas:
Síntomas físicos como cansancio generalizado, fatiga, falta de sueño, dolores musculares, falta de apetito o de concentración, etc.
Síntomas psicológicos como irritabilidad, tristeza, falta de interés o nerviosismo, falta de motivación, etc.
Algunos consejos para que estos síntomas no se produzcan o se alivien son:
No alargar las vacaciones hasta el día anterior de la vuelta al trabajo. Es recomendable regresar un par de días antes para adaptar el horario del sueño, organizar tareas y que no se nos venga todo el trabajo encima de golpe y así tomar consciencia poco a poco de la vuelta a la rutina.
Realizar los días previos a la vuelta al trabajo, alguna actividad compatible para que no sea un cambio tan brusco.
Reajustar ritmos de comida y sueño. Es decir, empezar con el horario rutinario unos días previos a la vuelta.
Reforzar el lado positivo de la vuelta al trabajo.
No cargarte de trabajo el primer día. No quieras solucionar todos los problemas que hayan podido surgir en vacaciones en un día porque el período de adaptación no se realizará, ya que el cambio será muy brusco.
Seguir realizando actividades placenteras al salir del trabajo.
Organizarnos los horarios unos días previos, así anticipar posibles problemas y solucionarnos y poder evitar momentos de alta ansiedad.
Ten paciencia y date tiempo. Todos necesitamos adaptarnos a los cambios y para ello necesitamos tiempo y así que todo nuestro día a día se reajuste.