Las nuevas tecnologías y la adolescencia son dos mundos que en un principio parece que se debieran entender a las mil maravillas. Los adolescentes de hoy en día son la generación de las nuevas tecnologías. Y esto, que en un principio si le damos la utilidad correcta puede resultarnos de gran ayuda, a muchos adolescentes tener un móvil es algo que les perjudica.
El móvil les crea problemas escolares, problemas de ciberbullying, problemas de comunicación, aunque suene paradójico. A los padres les es muy difícil comunicarse con sus hijos porque estos solo atienden al teléfono.
Muchos padres acuden a consulta para ver a qué edad es bueno que sus hijos tengan teléfono, que reglas les deben de poner y como pueden actuar cuando ven que su hijo está teniendo un problema causa por su “relación” con su teléfono móvil.
No hay una edad óptima para que los niños reciban el teléfono móvil pero sí que hay una serie de características que cada padre sabe si su hijo posee o no. Cada padre sabe la madurez de sus hijos y si es necesario que lleve un móvil.
Desde nuestro centro pensamos que regalar un móvil para la primera comunión de un niño no es adecuado, este es muy inmaduro. Una buena edad podría ser sobre los 14-15 años pero también sabemos que esto no siempre es posible, así que vamos a desarrollar algunos consejos para el buen uso de los móviles.
Debemos dejar muy claro a nuestros hijos lo que pueden hacer con el móvil y lo que no. Poner horarios al uso del móvil. Por ejemplo: si estudias media hora, tendrás el móvil 5 minutos. Si sigues estudiando media hora más, lo volverás a tener 10 minutos más.
Lo que se busca es que sepan diferenciar tareas y si su tarea es estudiar deben aguantar 30 minutos estudiando sin interrupciones. En cuanto llegue el descanso podrán tener el móvil.
No dejar que se lleven el móvil a la cama.
Los padres deben dar ejemplo. Si queremos que nuestros hijos en la mesa no utilicen el móvil, nosotros tampoco lo debemos utilizar.
En clase el móvil o no se lleva o debe estar apagado toda la mañana.
Que el móvil no sea una especie de “premio o castigo”. El uso del móvil es algo que se debe normalizar no premiar o castigar.
Controlar la ansiedad que puedan tener los adolescentes cuando se separan del móvil, buscar ayuda si esta es muy alta.
Si los adolescentes son muy pequeños o inmaduros, poner reglas sobre el control de las conversaciones. No se trata de vulnerar la intimidad del adolescente pero si controlar si está surgiendo algún problema por los grupos de whatssap.
No caer en presiones sociales con vuestra decisión de comprarles un móvil. Cada uno debe meditar si es buena o mala decisión.
Inculcar la cultura del respeto en todas las áreas de su vida, incluida las comunicaciones desde las nuevas tecnologías.
Conseguir una buena relación y una buena comunicación con los adolescentes es crucial, es preferible “pactar” con ellos por un bien común que iniciar una guerra en casa.